La semana pasada, mis niños y niñas se convirtieron en pequeños Esopo y Samaniego del siglo XXI. Sus mentes creativas dieron vida a historias llenas de sabiduría, desde fábulas clásicas reinventadas hasta creaciones completamente originales.
Cada una de sus fábulas son pequeñas joyas que encierran grandes enseñanzas como el respeto a los demás, la generosidad, el esfuerzo y la perseverancia, la sinceridad, la valoración de la familia, la humildad, la solidaridad, la cooperación, la gratitud, la humildad... Como podéis comprobar, todo un abanico de valores sociales y un festín para el aprendizaje.
Enhorabuena a mis pequeños fabulistas por su entusiasmo a la hora de escribir y de presentar sus creaciones así como por su capacidad para reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
Una vez más, gracias por todo lo que dais en cada ejercicio. ¡Seguid así!
Aquí os dejo algunas de sus fábulas. Os invito a que las leáis. Os lo vais a pasar muy bien.