Este blog nace de la ilusión, del esfuerzo, de las ganas de aprender, del deseo de compartir ideas, y por supuesto, del trabajo diario con mis alumnos.
Va dirigido principalmente a maestros de primaria, pero también a los alumnos en general y a mis "chatis" en particular.
En este blog presento cómo desarrollo en el aula la animación a la lectura y la expresión escrita, fundamentales para fomentar la imaginación y creatividad de los alumnos, pero también para impulsar su capacidad de reflexión, su libertad de pensamiento, y el fortalecimiento de su escala de valores y emociones.
Asi mísmo presentamos y aprendemos aspectos de cultura general que enriquecen su formación académica y personal.
Espero que disfrutéis con él.

sábado, 31 de mayo de 2025

Érase un hombre a un móvil pegado

La semana pasada, las clases de Lengua y Literatura se transformaron en una auténtica cápsula del tiempo. Me vestí con capa, sombrero de ala ancha para llevar a mis niños y  niñas  al corazón del Siglo de Oro. Juntos viajamos al Madrid de los espadachines, pícaros y poetas de pluma afilada, para conocer la legendaria rivalidad entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.

A través de una presentación dinámica —y un poco teatral— exploramos el contexto histórico y literario de estos autores. Les presenté su guerra poética, sus estilos opuestos (el conceptismo y el culteranismo), y cómo los versos podían ser armas cargadas de ironía, ingenio y crítica mordaz.

Inspirados por el famoso poema “Érase un hombre a una nariz pegado”, lancé a mis niñas y niños un desafío literario muy actual: escribir sus propios poemas con el título “Érase un hombre a un móvil pegado”. La consigna era emular el tono satírico de Quevedo, pero aplicándolo a un tema contemporáneo: la adicción al móvil, los chats infinitos y los “likes” sin control.

El resultado ha sido una auténtica joya. Los poemas que han escrito están repletos de ingenio, imaginación y sentido crítico. Han sabido captar con humor y profundidad una realidad que conocen muy bien, y lo han hecho con una riqueza verbal y una creatividad sorprendentes. Han inventado palabras, han jugado con hipérboles que harían sonreír al propio Quevedo, y han demostrado que la poesía también puede ser una herramienta para pensar y cuestionar el mundo que nos rodea.

En un momento en que es fácil caer en el consumo pasivo de contenidos, ver cómo mis alumnos se expresan, reflexionan y crean con libertad ha sido, sin duda, uno de los mayores regalos del curso.

Os invito a leer sus poemas a continuación. Disfrutadlos con una sonrisa... y, por qué no, con el móvil bien lejos por un rato.

Gracias por tanto a mis chatis.