En el corazón del aula, donde la imaginación florece y el conocimiento
prende vida, ha tenido lugar una experiencia fantástica: la creación de cuentos
personalizados para niños de 3 años. Protagonizada por mis alumnos, esta
iniciativa ha fusionado el aprendizaje de la lengua con el desarrollo de
habilidades competenciales y emocionales, dejando una huella imborrable en
todos los participantes.
Mis chatis, con gran entusiasmo y dedicación, seleccionaron sus
historias creativas favoritas y las transformaron en cuentos infantiles. Para
ello, han navegado por el mar de la adaptación, ajustando el contenido y el
vocabulario a la comprensión de los más pequeños.
Pero la travesía no ha concluido ahí. Los cuentos han cobrado vida
gracias a la caligrafía, cuidada al detalle, y a las presentaciones llamativas,
adornadas con imágenes troqueladas, texturas y colores vibrantes. Un derroche
de creatividad que ha convertido cada página en un universo de sorpresas.
La guinda del pastel ha sido la puesta en escena. Los alumnos,
convertidos en avezados cuentistas, han compartido sus cuentos con los niños de
3 años, contando, transmitiendo la magia de la historia a través de la voz y la
expresión.
Esta experiencia ha permitido a mis chatis desarrollar su competencia
lingüística en todas sus dimensiones. Además, ha fomentado el trabajo en
equipo, la creatividad, la paciencia y la empatía, valores fundamentales para
su crecimiento personal y social.
Los alumnos han descubierto la satisfacción de crear algo especial y
compartirlo con otros, mientras que los niños de 3 años han disfrutado de un
viaje mágico al mundo de la imaginación.
Sin duda, la creación de cuentos a medida ha sido una experiencia
enriquecedora en la que el aprendizaje y la emoción han ido de la mano,
demostrando una vez más el poder transformador de la educación cuando se
apuesta por la creatividad, el trabajo colaborativo y la conexión humana.
Vídeo de los cuentos pop up de mis "chatis"