Este blog nace de la ilusión, del esfuerzo, de las ganas de aprender, del deseo de compartir ideas, y por supuesto, del trabajo diario con mis alumnos.
Va dirigido principalmente a maestros de primaria, pero también a los alumnos en general y a mis "chatis" en particular.
En este blog presento cómo desarrollo en el aula la animación a la lectura y la expresión escrita, fundamentales para fomentar la imaginación y creatividad de los alumnos, pero también para impulsar su capacidad de reflexión, su libertad de pensamiento, y el fortalecimiento de su escala de valores y emociones.
Asi mísmo presentamos y aprendemos aspectos de cultura general que enriquecen su formación académica y personal.
Espero que disfrutéis con él.

sábado, 31 de mayo de 2025

La última página de un libro inolvidable

Hay momentos que uno sabe, desde que suceden, que quedarán para siempre. Esta entrada no es solo la última del curso: es el punto final —y a la vez un punto y seguido— de una historia que hemos escrito juntos durante dos años. Una historia con unos protagonistas muy claros: mis niños y niñas de los cursos 2023-2024 y 2024-2025, esos niños y niñas extraordinarios con los que he compartido tanto.

Para esta última actividad, les propuse algo muy sencillo: escribir una redacción con título libre. Lo que no esperaba era que muchos de esos textos acabarían siendo cartas, homenajes, recuerdos, despedidas, donde la protagonista —para mi sorpresa y emoción— era yo: la maestra Superisa. Gracias, de corazón, por cada palabra, por cada guiño, por cada historia donde me he visto reflejada como parte de vuestras aventuras.

No puedo expresar con palabras todo lo que estos niños y niñas han significado para mí. Son inteligentes, sensibles, llenos de talento. Algunos escriben como si tuvieran alas en los dedos; otros dibujan mundos con una línea. Algunos bailan, componen, actúan o hacen reír... y todos, absolutamente todos, han trabajado este curso con una mezcla maravillosa de esfuerzo, ilusión y alegría. Siempre han dado lo mejor de sí mismos en cada redacción, en cada dibujo, en cada presentación. Y el resultado ha sido mágico: historias que brillan, que emocionan, que hacen volar la imaginación.

Sé que pronto comenzarán una nueva etapa en la ESO, y aunque me cuesta despedirme, también me siento profundamente orgullosa. Han crecido, han aprendido, se han superado. Y lo han hecho juntos.

Hoy cierro el curso con una sonrisa (de letras, sí, pero también del alma), porque he tenido el privilegio de ser testigo —y parte— de su camino. Gracias por dejarme acompañaros. Gracias por dejarme entrar en vuestras historias.

Y ahora... a seguir escribiendo. Porque lo mejor, lo sé, está aún por venir.























































Érase un hombre a un móvil pegado

La semana pasada, las clases de Lengua y Literatura se transformaron en una auténtica cápsula del tiempo. Me vestí con capa, sombrero de ala ancha para llevar a mis niños y  niñas  al corazón del Siglo de Oro. Juntos viajamos al Madrid de los espadachines, pícaros y poetas de pluma afilada, para conocer la legendaria rivalidad entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.

A través de una presentación dinámica —y un poco teatral— exploramos el contexto histórico y literario de estos autores. Les presenté su guerra poética, sus estilos opuestos (el conceptismo y el culteranismo), y cómo los versos podían ser armas cargadas de ironía, ingenio y crítica mordaz.

Inspirados por el famoso poema “Érase un hombre a una nariz pegado”, lancé a mis niñas y niños un desafío literario muy actual: escribir sus propios poemas con el título “Érase un hombre a un móvil pegado”. La consigna era emular el tono satírico de Quevedo, pero aplicándolo a un tema contemporáneo: la adicción al móvil, los chats infinitos y los “likes” sin control.

El resultado ha sido una auténtica joya. Los poemas que han escrito están repletos de ingenio, imaginación y sentido crítico. Han sabido captar con humor y profundidad una realidad que conocen muy bien, y lo han hecho con una riqueza verbal y una creatividad sorprendentes. Han inventado palabras, han jugado con hipérboles que harían sonreír al propio Quevedo, y han demostrado que la poesía también puede ser una herramienta para pensar y cuestionar el mundo que nos rodea.

En un momento en que es fácil caer en el consumo pasivo de contenidos, ver cómo mis alumnos se expresan, reflexionan y crean con libertad ha sido, sin duda, uno de los mayores regalos del curso.

Os invito a leer sus poemas a continuación. Disfrutadlos con una sonrisa... y, por qué no, con el móvil bien lejos por un rato.

Gracias por tanto a mis chatis.