Se utiliza con frecuencia, para animar a los niños a leer, la realización de lectrómetros consistentes en una plantilla con libros dibujados y al lado el nombre del alumno, creándose como una especie de biblioteca en la que cada niño colorea los libros que va leyendo.
¿Cómo se puede animar a la lectura con una palabra tan poco bonita como lectrómetro? ¿A cuántos libros equivale la lectura de "Harry Potter y la piedra filosofal", por ejemplo? ¿Y si hay niños al que le gustan muchos los cómics? ¿Qué pasa con aquellos que son más lentos que otros leyendo? La imagen del nombre de un alumno al lado de una librería dibujada en la que unos tengan coloreados (leídos) cinco y otros dos, es la mejor forma para no aminar a leer al niño. Leer no es competir, es disfrutar, es vivir otras historias, es formarse como persona...
Este año se me ha ocurrido la realización de un hormiguero en el que cada hormiga lleve un alimento en el cual venga escrito el nombre del libro que han leído (la ficha me la dan a mí) y una frase resumen tipo "para los que les gusta la ciencia ficción", "uno de los mejores libros de aventuras"...
Con la visión del hormiguero pretendo que mis "chatis" interioricen lo que es la lectura: el saber de los libros se acumula y es necesario para el sustento como personas, y también que cada uno esté deseando poner en las hormigas su alimento preferido y que esté pronto lleno y sean necesarias más hormigas.
El resultado ha sido mucho mejor que el que yo esperaba porque todos se volvieron locos cuando vieron tantas hormigas. En dos días el hormiguero se ha llenado de diversos alimentos que, si por fuera tienen buena pinta, por dentro están llenos de mensajes ricos y variados. Hay muchos niños que ya tienen su hormiga elegida y están deseando acabar su libro.
Desde aquí les animo a que llenen el hormiguero con toda la comida que quieran y que haya que ampliarlo pronto.
Gracias, chicos y chicas, por vuestra ilusión.