Todas las obras artísticas tienen un mismo punto en común, a saber, su finalidad. Todo arte intenta provocar una reacción en el espectador, despertar emociones en el público, ayudarnos a plantearnos una serie de interrogantes que contribuyan a desarrollar nuestra imaginación.
Con esta actividad hemos pretendido que nuestros alumnos sean conscientes del valor de cualquier producción artística ya que, de una manera u otra, agita nuestros sentimientos y emociones, y a la vez queremos potenciar su creatividad y fantasía introduciéndose en un cuadro para crear la historia que ven él.
Para el ejercicio hemos elegido el cuadro "La Autómata" (1927) de Edward Hooper, una escena cautivadora y llena de misterio que nos invita a sentarnos junto a esa chica aparentemente sola y con la mirada fija en la taza como si quisiera leer su futuro en los posos del café. En seguida se nos vienen a la cabeza preguntas como: ¿qué le pasa?, ¿qué hace allí?, ¿espera a alguien?, ¿dónde está?, ¿en qué piensa? Y son esas preguntas las que queremos que nuestros "chatis" contesten, que les den forma de historia, que se sienten con ella y sean capaces de empatizar con la chica del cuadro.
Las producciones de los niños han sido fantásticas, llenas de imaginación. Todos se han sentido atraídos por lo que pueda esconder en su interior la muchacha del vestido verde, siendo una de las actividades donde todas las redacciones han sido realmente buenas. Como muestra, presentamos las siguientes:
6º A (CEIP Los Olivos, 2016-17)
