Los ejercicios de "Anoche soñé que.... funcionan muy bien a la hora de crear cuentos porque, como sabemos el final (todo es un sueño), nos centramos en la historia en sí, en lo que sucedió, en lo que sentimos, en el cómo, el por qué, el cuándo... Es decir, como no tenemos que pensar en el final, nuestro esfuerzo e imaginación va a estar centrado en el inicio y en el nudo de la historia.
Más de una vez he deseado meterme en el libro de matemáticas sobre todo cuando tenía un examen y no entendía bien los conceptos o los problemas. Pensaba que si me metía en el libro y los números me lo explicaban, seguro que aprendería todo rápidamente y aprobaría con un diez.
Por las caras que veo a veces en mis niñas y niños, creo que más de una y de uno han deseado lo mismo. Mientras inventan algún mecanismo para hacernos diminutos, diminutos y podamos meternos en el libro de matemáticas o de otra asignatura y los números nos hablen, soñemos qué haríamos si eso ocurriera.
Por ello, "Anoche soñé que me metía en el libro de matemáticas" fue el título de la historia que les planteé la semana pasada. Y desde luego, por las historias que han escrito, ahora sé que todos estarían encantados de meterse en el libro de matemáticas durante un rato, el suficiente para aprender matemáticas y hacer muchas más cosas. Si queréis saber cuáles, leed algunas de las redacciones que han realizado y que aquí tenéis.
¡Bravo, chicos!