Este blog nace de la ilusión, del esfuerzo, de las ganas de aprender, del deseo de compartir ideas, y por supuesto, del trabajo diario con mis alumnos.
Va dirigido principalmente a maestros de primaria, pero también a los alumnos en general y a mis "chatis" en particular.
En este blog presento cómo desarrollo en el aula la animación a la lectura y la expresión escrita, fundamentales para fomentar la imaginación y creatividad de los alumnos, pero también para impulsar su capacidad de reflexión, su libertad de pensamiento, y el fortalecimiento de su escala de valores y emociones.
Asi mísmo presentamos y aprendemos aspectos de cultura general que enriquecen su formación académica y personal.
Espero que disfrutéis con él.

jueves, 10 de abril de 2025

Creamos greguerías

Hoy dimos fin al trimestre con un ejercicio de creatividad muy especial: creando greguerías.

Les expliqué a mis niños y niñas que una greguería es como una mezcla entre una metáfora y un pensamiento chispeante, una frase corta que sorprende y hace sonreír. Como decía Ramón Gómez de la Serna, su creador, "La greguería es humor + metáfora".

Después de leer juntos algunos ejemplos,  mis "chatis" se pusieron manos a la obra.

¿El resultado? Un ramillete de frases originales, ingeniosas y llenas de poesía cotidiana. Cada una es un reflejo del modo en que ven el mundo: con frescura, con humor y, sobre todo, con una creatividad que no deja de asombrarme.

Aquí os comparto una selección de las greguerías que han creado. Espero que os sorprendan tanto como a mí. 












martes, 8 de abril de 2025

El jardinero que cultivaba palabras

Esta semana mis niños y niñas se embarcaron en una aventura muy especial: cada uno de ellos y ellas se convirtieron en un pequeño jardinero… pero no de plantas, sino de palabras.

El punto de partida fue un título mágico: “El jardinero que cultivaba palabras”. A partir de él, les propuse reflexionar sobre la fuerza que encierran las palabras, esas que sanan, iluminan y abrazan… y también sobre aquellas que, si no las cuidamos, pueden marchitar el alma. Les invité a pensar en el lenguaje como un jardín vivo, que necesita cuidados, mimo y presencia. Porque si una palabra que se olvida, se pierde. Y cuando eso ocurre, es como si una flor única se extinguiera.

El resultado ha sido maravilloso: historias llenas de ternura, imaginación y profundidad. Me siento orgullosa de ver cómo, con tan solo once o doce años, mis “chatis” son capaces de pensar en la importancia de hablar con cuidado, de escribir con respeto, de comunicarse con amor.

Y no solo las palabras florecieron. Los dibujos y las presentaciones que han acompañado sus relatos son pequeñas obras de arte. Aquí comparto algunas de sus historias. Espero que os lleguen al corazón como me han llegado a mí.

Que nunca dejemos de sembrar palabras que cuiden, que conecten, que den vida.

¡Bravo, chatis!




































sábado, 5 de abril de 2025

Creamos jitanjáforas

Esta semana en clase hemos viajado al mundo de lo absurdo, lo musical y lo imaginativo. Hemos trabajado con las jitanjáforas, una forma de expresión que parece un juego… 

El término jitanjáfora lo acuñó en 1930 el poeta mexicano Alfonso Reyes, quien lo tomó de unos versos del cubano Mariano Brull. Según Reyes, las jitanjáforas son:

“Creaciones que no se dirigen a la razón, sino más bien a la sensación y a la fantasía. Las palabras no buscan aquí un fin útil. Juegan solas.”

Es decir, son combinaciones de palabras que no tienen un significado literal, pero que suenan, bailan y despiertan emociones, imágenes o risas. Son poemas que se saborean más con el oído y el corazón que con la lógica.

Pero aunque el nombre sea moderno, el recurso es muy antiguo. Mucho antes de Reyes, poetas del Siglo de Oro como Lope de Vega o Francisco de Quevedo ya jugaban con las jitanjáforas, incluso con fines humorísticos o satíricos. Un ejemplo famoso es este fragmento de Quevedo, que parodiaba el estilo recargado de Góngora: 

¿Qué captas, nocturnal, en tus canciones,
Góngora bobo, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcivolallas,
las reptilizas más y subterpones?

Más adelante, poetas como Rafael Alberti o Vicente Huidobro también usaron esta figura literaria para llenar sus versos de ritmo, sonoridad y frescura. Por ejemplo, este precioso fragmento de Bailecito de bodas, de Alberti: 

Por el totoral,
bailan las totoras
del ceremonial.
Al tuturuleo
que las totorea,
baila el benteveo
con su bentevea.

¿Quién vio al picofeo
tan pavo real,
entre las totoras,
por el totoral?

Y si pensáis que las jitanjáforas son cosa de poetas, pensad en canciones populares como "Aserejé" o muchas canciones infantiles llenas de palabras inventadas y ritmos contagiosos. ¡Están por todas partes!

Mis niños y niñas han creado sus propias jitanjáforas, dejando volar su imaginación con palabras inventadas, sonidos disparatados y versos llenos de color. Hemos reído, nos hemos sorprendido y hemos descubierto que a veces no hace falta entender para disfrutar.

Aquí os dejo una selección de sus jitanjáforas. Seguro que os gustan tanto como a mí. 

A mis chatis, decirles que sois verdaderos artistas del lenguaje, capaces de hacer que las letras bailen, canten y sueñen. ¡Estoy muy orgullosa de cada uno de vosotros y vosotras!