Esta semana hemos dejado volar la imaginación hasta el reino de los animales… ¡pero no de los que ya existen! La propuesta que les hice a mis niños y niñas fue inventar un nuevo animal combinando uno grande y otro pequeño. El resultado: una auténtica fiesta de criaturas fantásticas nacidas de la creatividad de mis chatis.
Tuvimos un ejemplar de elenfiojo, ballerión, morafa, cangufín... Algunos eran tiernos, otros un poco traviesos… pero todos únicos, con su propio
carácter, su hábitat inventado y hasta sus poderes especiales.
Más allá del juego, esta actividad ha sido un
ejercicio precioso para trabajar la descripción, la coherencia
y la originalidad. Cada niño ha tenido que imaginar cómo se comporta su criatura, qué come, cómo
se mueve y, sobre todo, qué la hace especial.
A continuación, comparto algunas de las redacciones de mis chatis junto con sus dibujos y presentaciones.
Porque en nuestra clase, los animales imposibles…¡sí existen!






























