Esta semana hemos viajado al fascinante mundo de las palabras y las reglas del lenguaje, inspirándonos en el profesor Gramáticus de Gianni Rodari, un profesor singular un tanto obsesionado por las faltas de ortografía. Gramáticus, protagonista de los poemas La ensalada estropeada y Un contratiempo nos hizo pensar: ¿cómo sería un profesor o profesora así, pero creado por nuestra imaginación?
Propuse a mis alumnos un reto: escribir su propia historia con un profesor o profesora singular, obsesionado con las faltas de ortografía o con algún aspecto de la Gramática. El título era “El profesor o profesora…”, y la única regla era dejar volar la creatividad. El objetivo era pasarlo bien inventando historias, pero también reflexionar sobre la importancia de cuidar cómo escribimos.
Los resultados han sido tan sorprendentes como divertidos. Algunos de los nombres elegidos han sido: Geográficus, Aritméticus, Palabrín, Poetístico, profesora Parfiat, profesor Cavernícola, Marcelo, Rufino o Sergio, profesor de violín. Algunos de ellos trabajan en el colegio El librito mágico, Las aventuras soñadas, Apendus o La escuela del Futuro.
Para mí, además, ha sido una gran sorpresa descubrir que muchos de mis niños y niñas me han elegido como protagonista de sus historias, aunque poco tenga en común con Gramáticus. Quiero decir a mis niños y niñas que me he emocionado leyendo estas historias porque he sentido el cariño con el que las habéis escrito. Desde aquí quiero daros las gracias por este maravilloso e inspirador regalo.
Aquí os dejo una selección de sus redacciones para que disfrutéis tanto como yo lo hice al leerlas. Estas historias son una prueba de que la escritura creativa no solo despierta la imaginación, sino que también es una herramienta poderosa para aprender. Porque escribir bien no es solo cuestión de reglas, es también un acto de amor por las palabras y por quienes las leerán.