Esta semana propuse a mis niños y niñas un reto que les hizo soñar, imaginar y jugar con sus ideas: ¿Cómo sería una máquina que pudiera lograr lo que quisieran? Les di un título sencillo: Érase una vez una máquina ..., y les dejé el resto a su creatividad.
Todas las creaciones de mis niñas y niños son una explosión de imaginación. Me he encontrado con máquinas quita miedos, máquinas que producen felicidad o de sonrisas. Pero también hay artefactos más prácticos como una máquina de café, de nieve, de hacer deberes o redacciones y de chuches.
Cada redacción es un reflejo de sus ilusiones y deseos para un mundo mejor y más divertido.
Os invito a descubrir estas historias que os harán sonreír, reflexionar y, quien sabe, tal vez soñar también con vuestras propias máquinas maravillosas. Porque, al fin y al cabo, escribir es la mejor manera de hacer posible lo imposible.
A mis "chatis", solo deciros que estoy muy orgullosa de vuestro trabajo. Seguid escribiendo, soñando y dejando volar vuestra imaginación. Recordad: cuando escribimos, no hay límites. ¿Quién sabe? Quizás, algún día, esas máquinas que habéis imaginado puedan hacerse realidad.
¡Gracias por compartir vuestros mundo conmigo!