En el curso pasado, propuse a mis niños y niñas un ejercicio que se titulaba "La vaquita que daba...". Mis pequeños escritores escribieron historias maravillosas en las que la vaquita daba desde refrescos, hasta horchata o chocolate.
Esta vez he planteado a mis niños un ejercicio similar pero en este caso la protagonista es un gallinita que tiene una característica singular: pone huevos de chocolate.
Con este ejercicio, mis alumnos y alumnas no solo han enriquecido su vocabulario sino que además siguen desarrollando habilidades fundamentales en la escritura como la estructura narrativa, la expresión de ideas y la capacidad descriptiva. Pero sobre todo y lo más importante, han disfrutado creando y escribiendo historias que solo ellos son capaces de imaginar.
Os invito a sumergiros en el mundo de "La gallinita que ponía huevos de chocolate". Vais a encontrar una extensa colección de gallinitas desde la que utiliza sus huevos de chocolate para perpetuarse en la presidencia del bosque, hasta la que además pone balones de fútbol, por no mencionar a los dueños, granjeros que se hacen ricos u otros acusados de explotación animal.
Agradezco a mis alumnos el esfuerzo y la creatividad que ponen en cada ejercicio. Gracias, chicos y chicas, por vuestra dedicación y entusiasmo.
¡Espero que disfruten leyendo estas maravillosas historias tanto como yo disfruté yo!
