Uno de los ejercicios de escritura creativa que más trabajo con mis alumnos y alumnas es el que yo llamo "el de los contrastes". Se trata de elegir a un animal, cosa o persona que se caracteriza por una determinada cualidad física o psíquica y privarla de ella. Surge así un contraste que se convierte en el eje principal del conflicto que tiene toda historia. Algunos ejemplos de este ejercicio son El arcoíris que perdió sus colores, El águila miope, La jirafa que tenía vértigo o El día que el sol se despertó tarde son algunos ejercicios que he propuesto a mis niños y niñas.
Esta vez les he planteado como título "La luciérnaga que perdió su luz". ¿Cómo o por qué la perdió? ¿Qué sintió? ¿Qué dijeron su familia y amigos? ¿Cuál fue la actitud del resto de los animales?... Estas son algunas de las preguntas que mis niños y niñas han tenido que plantearse a la hora de escribir.
Mis pequeños escritores han creado relatos llenos de imaginación y emoción, tratando temas como la superación, la amistad, el cariño, y la aceptación de uno mismo. En todas sus historias, la luciérnaga se ha enfrentado al desafío de recuperar su luz con valentía y con la ayuda de su familiares y amigos.
Os invito a sumergiros en la creatividad de mis niños y niñas y a descubrir cómo han interpretado el sugerente título La luciérnaga que perdió su luz no solo a través de las palabras sino también a través de sus presentaciones y dibujos.