Los zapatos mágicos son un recurso fascinante en los cuentos clásicos. Tenemos títulos como Las doce princesas bailarinas de los hermanos Grimm o Los zapatos rojos de Hans Christian Andersen, donde el calzado juega un papel esencial en la trama. Tampoco podemos olvidar el emblemático zapato de cristal de Cenicienta o los mágicos zapatos de Dorothy de El Mago de Oz de L. Frank Baum. En cada una de estas historias, los zapatos no solo acompañan a los personajes, sino que les abren las puertas a destinos inesperados.
Inspirada en esta tradición, esta semana he propuesto a mis niños y niñas un ejercicio en el que los zapatos fueran los protagonistas. Así hemos descubierto cómo un objeto cotidiano puede convertirse en algo maravilloso con solo un poco de imaginación y mucha creatividad. Cada uno de mis niños y niñas han dejado su sello en sus historias: tenemos zapatillas dignas de dioses del Olimpo, otras que son un regalo de Papá Noel a un elfo, algunas que recorren el mundo en busca de su hermana gemela, incluso unas zapatillas mágicas para Chispas, un encantador perrito.
Aquí os dejo algunas de estas historias tan mágicas como las propias zapatillas. Os animo a que os pongáis en los zapatos - o, mejor dicho, zapatillas - de mis "chatis" y os dejéis llevar por sus maravillosas creaciones no solo literarias: sus dibujos y las presentaciones son fantásticos. Estoy segura de que disfrutaréis tanto como yo al leerlas.