¿Os imagináis un lugar donde los cuentos sean un recuerdo lejano? Un reino de silencio donde la imaginación sea un delito y las palabras se susurrasen con miedo. Eso es lo que han tenido que imaginar mis niñas y niños esta semana para crear unos cuentos fascinantes con el título: El país donde estaban prohibidos los cuentos.
Sus historias nos transportan a un lugar donde la imaginación está censurada y la creatividad castigada. Los niños de este país no conocen la magia de los cuentos, ni la alegría de perderse en mundos fantásticos.
Los relatos de mis niños y niñas nos recuerdan el poder de la imaginación y la creatividad. Los cuentos no solo nos entretienen sino que también nos aportan conocimiento, valores, emociones, y nos ayudan a crecer como personas.
Estas son algunos ejemplos de las frases más inspiradoras que han escrito mis niños y niñas: "A los niños no les gustó nada que prohibieran los cuentos. Por eso empezaron a contarse cuentos al oído". "Este era un país en blanco y negro". "Este país era triste y apagado". "Ese día Montegris ya no fue Montegris, sino Montecolor, donde los niños imaginaban, creaban, jugaban, reían, leían, disfrutaban y corrían". "Los niños no jugaban a nada porque no se podía inventar historias. Incluso había niños que no podían dormir sin los cuentos"."A los niños no les gustaba nada la idea de que no hubiera cuentos, porque les encantaba que sus madres se los leyeran". "Sin libros no se podía tener imaginación".
Los nombres de los países que mis alumnos y alumnas han puesto a este país son de lo más reveladores: Sin ideas, Sin Nada, Montegris, Cuentolandia, Badbook o Neverbook.
Pero no solo han hecho gala de su imaginación a la hora de escribir, sino que también han creado castillos increíbles y dibujos que nos han transportado a todos a ese país imaginario.