¿Os imagináis una vaquita que diera, por ejemplo, batidos de chocolate? Eso fue lo que les planteé a mis niñas y niños como punto de partida para la creación de una historia: "La vaquita que daba... " lo que su imaginación quisiera. El resultado ha sido de lo más variado.
Hay historias para todos los gustos: una vaquita que daba helados, otra que daba horchata, alguna que daba refrescos, oro, polvos mágicos e incluso una vaquita que concedía deseos.
Os invito a que leáis sus fantásticas creaciones y apreciéis las presentaciones y los dibujos con que las ilustran.
¡Magnífico, chicos y chicas!